jueves, 26 de abril de 2012






Os habéis pasado la vida diciéndome que tengo pájaros en la cabeza.
Pero os equivocáis.
Son los pájaros los que me tienen a mí.







Los recuerdos






Las famas para conservar sus recuerdos
proceden a embalsamarlos en la siguiente forma:
 Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales,
lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra
y lo colocan parado contra la pared de la sala,
con un cartelito que dice:
 "Excursión a Quilmes", o "Frank Sinatra".

Los cronopios, en cambio,
esos seres desordenados y tibios,
dejan los recuerdos sueltos por la casa,
entre alegres gritos, y ellos andan por el medio
y cuando pasa corriendo uno,
 lo acarician con suavidad y le dicen:
"No vayas a lastimarte",
y también:
 "Cuidado con los escalones".
 Es por eso que las casas de las famas
son ordenadas y silenciosas,
mientras en las de los cronopios
 hay gran bulla y puertas que golpean.
Los vecinos se quejan siempre de los cronopios,
y las famas mueven la cabeza comprensivamente
y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.

 


Historias de Cronopios y Famas
-Julio Cortázar-









"Dicen que hay un amor, más fuerte que el miedo."